domingo, 21 de abril de 2013

CHAO LLEGO FINO A LA CUADRA

 El personal del establo N° 23 en La Rinconada amaneció tranquilo y el puesto donde está alojado Chao totalmente cerrado con candado.

Su caballerizo, Jonathan Perdomo, estaba recostado en la reja principal, pero sin dejar de bromear y con el buen ánimo que le dejó el triunfo de Chao en el Clásico Presidente de la República. 

Unos metros más allá, el entrenador Rubén Lanz, quien lucía con orgullo una gorra con el nombre del purasangre.

“El caballo llegó muy bien. Ya lo revisó el doctor Julio Lobo. Gracias a Dios, ahora descansará unos tres días para luego subir a la pista a sus ejercicios suaves. No tenemos apuros”, acotó.



Con relación a la próxima salida del pupilo del stud María Blanca, descartó correrlo en el Clásico Fuerza Armada.
“Vamos a estudiar la programación, pero pensa
mos en la Gala Hípica, Copa de Oro y el desquite en el Clásico Simón Bolívar”, recalcó. 



Flores para su padre
El caballerizo Jonathan Perdomo contó lo que hizo luego de que recibió la manta, el platón y la guirnalda del clásico. 



“La manta y el platón me la llevé para la casa como un gran recuerdo. Y la guirnalda que le colocan al ganador del clásico la tomé y ayer en la mañana se la llevé a la tumba de mi padre. Gracias a mi viejo soy un caballerizo y trabajo fuerte para conseguir los triunfos”, reveló mientras le sobaba la cara a Chao. 

Entretanto, el capataz Radamés Santamaría, pausado en su caminar, dijo que “Chao venía evolucionando demasiado y dijo que podía ganar, y lo hizo”, agregó el trabajador.


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